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AGROECOLOGÍA Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

Luis Carlos Minjárez Chávez

Con la presencia de profesores, investigadores y visitantes de diversos países latinoamericanos, se efectuaron las actividades correspondientes al  Precongreso,  del Tercer Congreso Latinoamericano de Agroecología, organizado por el Departamento de Agroecología, con una serie de Conferencias programadas  dentro de las cuales se expusieron temas referentes a la Agroecología y a los agroecosistemas.
Al abordar los tópicos propuestos, el doctor Miguel Altieri, destacado agroecologista e investigador de los agroecosistemas a nivel mundial,  presidente de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, y autor de una gran cantidad de publicaciones, ofreció la exposición llamada Agroecología, Soberanía Alimentaria y Resiliencia.  Antes de iniciar su charla, el doctor Altieri mencionó que la Sociedad que preside tiene un convenio de colaboración con la Universidad de Colombia para apoyar el Doctorado de Agroecología de esa Universidad, programa doctoral que recibe a estudiantes latinoamericanos. Así mismo aprovechó la oportunidad para extender la invitación a los alumnos de la UACh.


La agroecología y la crisis alimentaria
El ponente agregó que en el mundo hay mil 500 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura para atender las necesidades alimenticias de 6 mil millones de personas, y que actualmente se vive una crisis económica, financiera, energética y ecológica sin precedentes.

El doctor Altieri, señaló que la crisis alimentaria se manifiesta por el hecho de que la población crece más, que de la disponibilidad de recursos. Esa diferencia se refleja en la existencia de mil millones de personas con hambre. La gran demanda de alimentos y de materias primas para abastecer a la población mundial llevó a un gran deterioro de la naturaleza y a la pérdida de biodiversidad. Esta espiral demostró que los recursos naturales tienen límites, y que se ha llegado a los umbrales planetarios.
El conferenciante agregó que la oferta alimentaria es el eslabón vulnerable entre la economía y los ecosistemas, y por ello el desafío es el incremento de la producción de alimentos, o sea el incremento de la producción con la tierra agrícola disponible y a su vez con menos recursos, “toda esta crisis financiera y social abre un nuevo paradigma agroecológico, los costos de los alimentos se incrementan, de sus ingresos la gente pobre se gasta el 50 por ciento en comidas, el hambre es un gran negocio”, subrayó el orador. El doctor Altieri mencionó que los modelos agroalimentarios impuestos en la modernización agrícola no beneficiaron a los campesinos, desde la revolución verde de los sesenta y ochenta, hasta en esta etapa del comercio libre se caracteriza por los subsidios, la sobreproducción, la aplicación del dumping en los países desarrollados, y el control del comercio internacional por las grandes corporaciones del complejo alimentario.
El investigador apuntó que en la actualidad hay una transformación de la agricultura comercial, la escasez de energéticos plantea una nueva búsqueda de alternativas. En este sentido la producción de biocombustible a partir de cultivos como el maíz, la soya, el algodón y la canola, trajo como consecuencia el reemplazo de diversos sistemas de producción agrícola por los monocultivos. El doctor  Altieri señaló que el 48 por ciento de toda la energía que se produce en el mundo, se consume en los Estados Unidos de América, Europa, Japón, y Rusia, y esta gran demanda que actualmente se resuelve con el uso de combustibles fósiles, ha  ocasionado cambios en los cultivos principalmente en África, en América Latina, en México, en Brasil, en Argentina, en Etiopía, en Ghana, en Madagascar, entre otros, por la búsqueda de biocombustibles que satisfagan la enorme demanda mundial.
El ponente señaló que en cinco años se incrementó el arrendamiento de tierras agrícolas para la producción de biodiesel, mientras el peso de la alimentación mundial recae en los campesinos ya que este sector provee el 50 por ciento de ella; aunado a los cambios de cultivos, el cambio climático ha provocado una alteración en los fenómenos meteorológicos, pues en algunas regiones hay mayor incidencia de huracanes, en otras más tiempo de sequías, o bien la modificación en las temporadas de frío o de calor; y añadió  también, que los cambios climáticos abren una nueva disyuntiva, mientras la investigación se profundiza en el conocimiento para la manipulación genética que produzca plantas adaptables a estas transformaciones, o bien el estudio de las técnicas milenarias que producen en condiciones climáticas variadas; señaló además, que la práctica de la agricultura tradicional habla de la necesidad de recuperar los sistemas de producción diversificada.

 La agroecología y los nuevos valores éticos y sociales
El doctor Stephen Gliessman, profesor emérito de la Universidad de California, y especialista en el desarrollo sustentable, habló sobre los sistemas agroalimentarios sustentables. Bajo un guión de exposición versátil, inició la plática mencionando que la agroecología es la aplicación de principios ecológicos al diseño y manejo de los agroecosistemas. En la actualidad la agroecología toma importancia por un conjunto de factores como lo son: el costo del petróleo, la globalización, la crisis alimentaria, los cambios climáticos, y una creciente conciencia ambiental. El investigador agregó que el beneficio del productor en la venta de sus productos se ha reducido porque del cien porciento del dinero que paga el consumidor por los productos que adquiere, se ha reducido el porcentaje del productor, ya que una buena parte se va a la compra de los insumos y otra parte considerable,  a los intermediarios.
El doctor Gliessman expresó que la agroecología aporta un gran conocimiento sobre las técnicas que los agricultores aplican en la producción de sus cultivos, ya sea el policultivo, los intercalados de plantas, las variedades criollas, entre otros. El comentarista  señaló que el estudio de la agricultura tradicional está vinculado a los conocimientos sociales, de seguridad, de soberanía y de justicia, y que todo ese conjunto de juicios se pueden enmarcar en los procesos sustentables. El ponente subrayó que el estudio de la agroecología se puede abordar mediante el análisis de diferentes niveles de investigación, para este caso en un nivel 1 se sitúa a la agricultura convencional donde la producción se explica mediante la eficiencia de los insumos en los rendimientos; en un nivel 2 se incluye la sustitución de los insumos y de las prácticas convencionales por otras alternativas; y en un nivel 3 se proponen los rediseños de agroecosistemas para que funcionen con base a un nuevo grupo de proceso ecológicos.
Señaló que en la aplicación de los niveles 2 y 3 mucho tiene que ver con la observación y el análisis de los sistemas de producción de los campesinos y de los indígenas que practican en base a un conocimiento ancestral; un ejemplo del estudio de un agroecosistema puede ser la producción de fresa bajo un sistema convencional con fertilizantes y pesticidas, y otro con un cultivo intercalado (filas de alfalfa con filas de fresa), comparado también con otra parcela que utiliza una máquina chupadora de insectos. Habrá resultados de esta investigación después de varios años de identificar los distintos problemas. De igual forma  en los diferentes sistemas de manejo de la tierra y del agua, los indígenas mexicanos de Tabasco y de Chiapas han logrado cambios en el suelo  mejorando lo calidad de los horizontes, o bien en la conservación de la humedad del suelo mediante el uso de coberturas vegetales, o en el caso de la producción de café de sombra.
Agregó que en cuanto a la comercialización hay mucho que transformar. Los mercados grandes están enfocados solo en el precio del producto, no les interesa ni la calidad  ni el consumidor. El doctor Gliessman manifestó que en la Universidad de California en el Campus Santa Cruz, en los experimentos que efectúan los estudiantes, ellos no solo observan el comportamiento de los cultivos, sino también se lleva el producto de la cosecha para comérselo en casa. Por último el ponente exclamó que la agroecología pone en la mesa toda una etapa de transición de otros conceptos de ética y de valor, ello implica que es necesario constituir otra relación entre productores y consumidores “sin duda que hay muchos desafíos económicos sociales y culturales”. 

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