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INDÍGENAS SIN FRONTERAS Y LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN


Germán Schulz Ortíz
En el mes septiembre, además de celebrar la Independencia de México en Chapingo, tenemos que reconocer a los chapingueros que han aportado sus conocimientos adquiridos para el desarrollo de los pueblos indígenas. Tal es el caso de Rodrigo Pérez Ramírez, ingeniero agrónomo egresado  de la licenciatura de Mecánica Agrícola. Él decidió aplicar los conocimientos sobre software libre que adquirió en la organización Ingenieros sin Fronteras, donde trabajó mientras estudiaba la maestría y el doctorado en la Universidad de Zaragoza, de España.

En esa universidad española, realizaba proyectos sustentables en poblaciones vulnerables, y uno de ellos implicaba al software libre. Los equipos de cómputo funcionaban con Ubuntu. “Aprendí las bondades del software libre para poder cambiar el idioma a las aplicaciones”, recuerda. En México,  uno de los problemas a los que se enfrentan los pueblos indígenas es la falta de capacitación e información sobre este tipo de herramientas cibernéticas. “Cuando acudo a realizar mantenimiento a los equipos de cómputo en la región de la mixteca, veo que hay más tendencia a usar software comercial”, asegura Rodrigo, al destacar el desconocimiento que priva casi en todos los ámbitos, sobre el tema.

 En nuestro país, alrededor del 6.6 por ciento de la población habla una lengua indígena, lo que equivale a unos 7.3 millones de personas,  3.9 por ciento  de los hablantes de una lengua indígena cuenta con estudios superiores y no existen datos de cuántos tienen un posgrado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sin embargo el listado de obstáculos para el desarrollo pleno de la  población indígena no sólo es una cuestión de títulos.
El doctor  Rodrigo Pérez Ramírez, es miembro fundador de la Organización Indígenas sin Fronteras y del equipo de Traductores del idioma Zapoteco en Mozilla México. La traducción pertenece a la derivación del idioma Zapoteco de la Sierra Sur Central del estado de OaxacaRodrigo Pérez  recuerda sus comienzos en la traducción, cuando la Fundación Mozilla México se interesó en su idea y comenzaron a trabajar juntos para traducir línea por línea los casi 21,000 caracteres que componen el código de esta aplicación. La importancia de desarrollar aplicaciones que reconozcan las lenguas indígenas es fundamental para romper la brecha tecnológica y demostrar que las lenguas indígenas siguen vigentes. “Las redes sociales como Twitter y Facebook que uso para comunicarme con mis hermanos y primos las utilizo en mi lengua materna, y  me responden en nuestra originaria. Esto demuestra que el zapoteco es completamente funcional y no está peleado con los nuevos sistemas de información”.
Apropiación tecnológica
Para entender la convergencia de la tecnología y el uso y aplicación que les dan los habitantes de los pueblos originarios, es necesario considerar su cosmovisión y la manera en que construyen su cultura: desde rituales hasta el reconocimiento de la madre tierra, su lengua, educación y procesos productivos. Una de las demandas de los pueblos originarios ha sido que se respete su autonomía y su visión del mundo, incluso en la producción a través de medios digitales.
Con esa filosofía en mente, el doctor Rodrigo Pérez trabaja con un par de programas infantiles, Tux math y Tux paint, que enseñan matemáticas y dibujo con la computadora, respectivamente. Los traduce al zapoteco para poder llevarlos a los niños de su comunidad. Pero tal vez la característica que más le interesa es la de adaptar el diseño gráfico del programa a imágenes familiares de su región.
“Estamos generando nuestros propios gráficos para llevarlos a nuestro contexto. En vez del pingüino (que es también la imagen de Linux), vamos a tener al guajolote; en vez del iglú, tener una casa de adobe; y en vez de tener como escenografía el espacio exterior,  pondremos escenarios naturales representativos de nuestros pueblos”.
Al encuentro de la nueva tecnología
Otro ejemplo, del interés de los estudiantes chapingueros representantes de nuestros pueblos originarios, por apropiarse de las herramientas digitales y darles un uso común para el beneficio de sus pueblos, lo manifiesta Apolinar González, ingeniero agrónomo egresado de Chapingo, y hablante de la lengua mixe, que comenzó a trabajar en la capacitación en cómputo, dirigida a la población de los pueblos originarios desde el año de 1998.
Actualmente forma parte del grupo que fundó la Asamblea de Migrantes Indígenas, que se ubica en Valle de Chalco, al oriente de la Ciudad de México.
Esta organización creó un centro de asistencia a población indígena en la que ofrecen varios servicios, entre los que están las clases en software libre.
“Creo que la filosofía del software libre es muy compatible con la de los pueblos originarios conocida como tequio, que se basa en la reciprocidad, el intercambio y la participación comunitaria. Esos son también los principios del software libre”, explica Apolinar.
Gramática propia
César Cruz Benítez y Marisela Rivas acudieron en 2007 al registro civil de Tepeji del Río, en el estado de Hidalgo, para tramitar el acta de nacimiento de su hija. Sin embargo, los funcionarios se negaron a hacerlo porque el sistema no aceptaba los caracteres del nombre en lengua  ñañú (otomí) de su  pequeña hija.
 El matrimonio llevó su caso durante dos años ante distintas autoridades nacionales e internacionales, hasta que finalmente pudieron tener el acta de nacimiento de Doni_Zänä, que se traduce del ñañú (otomí) al español como Flor de Luna.
Con el fin de evitar futuros casos como este, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) trabaja en la normalización de estas lenguas para contar con los caracteres necesarios de cada una. En su catálogo de lenguas, se tienen registradas 68 familias lingüísticas de las que se desprenden 365 variantes.
Las lenguas autóctonas más habladas en México son náhuatl (23%), maya (11.5%), tzeltal (7%), mixteca (6.9%), tzotzil (6.5%) y zapoteca (6.4%).

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