Raúl Orrantia Bustos
Buscando cerrar con broche de oro la inauguración del Centro Cultural Mexiquense del Bicentenario, ubicado en las inmediaciones de Texcoco, se presentó el mismo día de la apertura, la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), creada y actualmente dirigida por el maestro Enrique Bátiz.
Acompañando a la OSEM, estuvieron la soprano Blanca Rodríguez y el afamado tenor Fernando de la Mora, ambos de origen mexicano. Dentro del repertorio musical que se interpretó, se hallan obras mudialmente conocidas como son la “Obertura ‘1812’, Op. 49” de Tchaikovsky, “El Brindis (Libiamo) ‘La Traviata’” de Verdi, “Carmina Burana” de Carl Orff, el “Coro de los ángeles de ‘Cristo en el Monte de los Olivos’ Op. 85” de Beethoven, la “Marcha del 2º acto de ‘Tannhauser’” de Wagner, entre otras.
Este nuevo espacio cultural, que ofrecerá diversos programas, talleres y eventos a la población del oriente del Estado de México, bien podría ser aprovechado por los estudiantes y grupos artísticos de la UACh. Falta ver la disposicón que tendrán las autoridades de dicho centro para vincularse ―siempre de forma antipartidaria e imparcial― con la universidad, particularmente con sus artistas, para juntos fomentar y promover la cultura en esta región, ya trayendo eventos a Chapingo, ya permitiendo que las obras creadas por chapingueros (o interpretas, en el caso de música, teatro o danza) se expongan tanto en el nuevo Centro Cultural Mexiquense, como en otros recintos estales.
Lo anterior, claro, con el único objetivo de perseguir en todo momento el beneficio de la comunidad universitaria en su conjunto.
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