Luis Carlos Minjárez Chávez
“El árbol visto desde su contexto natural, al crecer parece obstinado en unir tierra y cielo, y extiende sus ramas hacia el firmamento en un afán de veneración. Por su fortaleza, en algún tiempo se pensó que poseía espíritu, y que esa alma se transportaba en la madera. La suavidad de su materia es propia para esculpir en ella diseños de figuras humanas, de objetos o de animales. Sin embargo la madera puede caracterizar inclusive sentimientos, situarnos en la temporalidad del cosmos, o mostrarnos la identidad del ser”.
Precisamente el árbol es un elemento más de trabajo en las artes plásticas, y para despertar la sensibilidad artística de los alumnos de la UACh, el Departamento de Talleres Artístico-Culturales efectuó el día 8 de septiembre la exposición llamada “La madera a mi manera, nuevos caminos del árbol”, donde se exhibieron diversas obras hechas de madera de los estudiantes y egresados de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM.
La profesora Rosa Ivette Tapia Silva, Jefa del Departamento de Talleres Artísticos, señaló que en esta muestra se presentaron algunos trabajos de estudiantes y de egresados de Artes Plásticas, en la que sus propuestas versan sobre distintas formas de expresión a partir de la madera. La profesora Tapia agregó que Chapingo también da espacios para exponer sus obras a los jóvenes que están incursionando en el arte como expresión y forma de vida. La representante agregó que también es necesario acercar a los estudiantes de esta institución a otras expresiones artísticas, ya sea para su disfrute visual o para estimular el talento. La funcionaria expresó que la UACh tiene una especialidad cuyo estudio científico son los árboles, y que no está por demás incursionar en la aplicación de ellos para un fin artístico.
La profesora María Eugenia Gamiño Cruz, coordinadora del grupo de expositores, manifestó que consideraron importante traer escultura de madera, ya que Chapingo tiene relación con la naturaleza. Además este grupo de expositores aprovechó su estancia para observar los árboles que crecen en los jardines de esta institución, imágenes que en un futuro les darán ideas para trabajar sobre nuevas propuestas. La creadora señaló que el árbol tiene toda una historia de vida, ya que es el único material renovable que se asemeja con el humano, pues tiene un ciclo de vida, es decir, nace crece y muere; de acuerdo a la profesora Gamiño, en resumen la obra exhibida intentó mostrar la vida a través del árbol.
El árbol y el juego metafórico
Los artistas no solo utilizaron la madera para hacer su obra, también incluyeron otras partes del árbol que usualmente no se emplean en la plástica, ya sean las hojas, las raíces, o la misma viruta, además de otros materiales. En la obra “Puntos suspensivos”, la autora, mediante esferas de resina con hojas encapsuladas en su interior y un pedazo de tronco, quiso representar la vida y la muerte del árbol. Las hojas suspendidas en las esferas significaban los pequeños momentos del árbol, los anillos superpuestos del tronco denotaban su edad, y las cápsulas puestas en espiral hablaban del movimiento, de la renovación constante.
En otro diseño un cubo de obsidiana y una pieza de madera reproducían una alegoría al paso del tiempo. De acuerdo a su creador aparentemente nos apropiamos del tiempo, pero al final el transcurrir nos adapta y nos transforma.
Alma Dalia López Negrete con la imagen llamada “sin título”, de técnica mixta elaborada con madera, hojas, corteza, ramas, raíces, resina y triplay, una estructura simple como lo es un rompecabezas con piezas armables de madera, representaba las conexiones internas del árbol, al igual que la articulación del cuerpo humano. Las raíces colocadas abajo y arriba del armazón, aludían el arraigo al cielo y a la tierra, mismos elementos que se fusionan químicamente dentro del árbol.
Herminio Arteaga Victoria, utilizando la técnica de talla y pirografía sobre madera, con su obra “Percepción”, le bastó colgar algunas esferas de madera, para expresar con ello que el objeto artístico también mira a su alrededor. La obra aparentemente en su mutismo también nos percibe a nosotros mismos, abriéndose un dialogo entre la pieza y el espectador. El objeto con ojos advierte que nosotros somos la pieza.
En otro bosquejo, el artista supuso que tres esferas grandes de madera simbolizaban la gravitación universal, el juego del espacio cósmico, es decir la permanencia eterna del universo.
Oscar Hernández Rodríguez, en el gráfico denominado “Síntigo”, quiso alertarnos de la relación que existe entre los estados físico y emocional del ser humano. Esta idea fue recreada por medio de una efigie formada por una gran vara punzando una palangana de madera.
Taimy Pérez Caamal en el retrato “vida sin muerte“, quiso interpretar la idea de la pertenencia a sí mismo. El trabajo se constituía por un trozo de madera circular que pendía sobre un montón de aserrín.
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